BadajozToday

El pleno municipal ha aprobado una ordenanza por la cual se impondrán trabajos forzosos retirando camalote del Guadiana para quienes sean pillados haciéndose un selfi en la vía pública. Se establece para esta infracción una de las penas más altas que contempla la normativa y que no conlleva ingreso en prisión, “aunque la mayoría lo preferirá cuando tenga que cortar matojos que se reproducen como un demonio de rápido”, afirmaron fuentes del Gobierno local.

Las interrupciones del tráfico en el paseo fluvial a la altura de Puerta Palmas por los intrépidos fotógrafos, que se colocaban en medio de la calzada para inmortalizarse con el monumento, han sido uno de los factores decisivos que han motivado esta medida. “Si te colocas en la peana, lo único que se ve es tu papada y un amasijo irreconocible detrás porque está muy cerca. Si te vas enfrente, tienes que ajustar el enfoque con el zoom y se funde la batería. Somos unos puristas incomprendidos”, comenta uno de los damnificados por la decisión.

Como protesta ante la nueva normativa, un grupo de indignados ha creado una nueva tendencia en las redes sociales que consiste en realizarse instantáneas en puntos emblemáticos y de referencia en la ciudad tapándose el rostro con un pasamontañas y etiquetándolas con el hashtag #fotomatón.

El turismo está matando la ciudad. Estas visitas guiadas por Badajoz repletas de guiris con sus palos y cámaras son cada vez más frecuentes.

Los incidentes asociados a los selfis se han multiplicado en los últimos meses y precisaban una actuación por parte de las autoridades. No en vano, el Hospital Infanta Cristina ha tenido que habilitar un área específica para afectados por esta práctica. Tendinitis crónicas en los hombros por una extensión prolongada de los brazos, rotura de piezas dentales al comerse el móvil cuando chocan contra el mobiliario urbano, crisis de ansiedad porque no se cargaban las fotos en Instagram, lesiones contusas en ambos codos protegiendo el móvil en las caídas, desprendimiento de retina por exposición excesiva al flash, lesiones oculares por cálculo inexacto en la posición del palo selfi y traumatismos varios por sacar despeinada y sin maquillar a sus parejas.

Además, se han incrementado los casos de hipotermia de personas que han caído rodando por la zona de la margen derecha y han aterrizado en el río, especialmente ciclistas sucumbiendo a la yincana de palos extensores por sus carriles. Una de las opciones que van tomando más fuerza es obligar en los casos más graves de obsesión al selfi, a salir a la calle orientados por un perro lazarillo o una persona con nervios de acero que cumpla esa misma función.

Imagen inspirada en inmersionbadajoz2016.blogspot.com